La primera vez  que escuche esta frase debo confesar que tuve un micro infarto al corazón. Me paralice y de repente me quede en blanco.

Hoy, varios meses después, os cuento la historia de lo que paso.

Cuando estás como un hámster dando vueltas en un mismo punto

¿Alguna vez has sentido que estas como en la película del “día de la marmota”? Es como si  tu vida fuese un déjá vu. ¿Sientes como día tras día, estás viviendo alguna  situación con tus hijos o alumnos que siempre acaba mas o menos igual de “mal”?

Pues en casa llevábamos varios meses que no acabamos de ir bien en la mañanas.

Creo que fue un cumulo de cambios y circunstancias nuevas :

  • Quitamos la tabla de rutinas de las puertas (para hacer una mas chula y actualizarla pero todavía no la hemos podido hacer).
  • Tuvimos varios meses visita de familia en casa y esto siempre hace que  cueste ir al cole (es durillo cuando sabemos que los abuelos o los primos se quedan en casa)
  • Tenemos un nuevo integrante en la familia que por supuesto ha dando un vuelco total a la rutina.
  • Siempre nos ha costado arrancar en las mañanas, sobre todo porque nuestro hijo mayor y yo somos de los que dormiríamos “5 minutos mas” siempre.

Adicionalmente a todo esto, hay una dificultad añadida, y es que nuestro hijo mayor (quien entra 30 min antes que su hermana al colegio) tiene que lavarse muy bien las manos cada mañana para ponerse sus lentillas (tiene un problema visual muy particular que requiere el uso de ellas)

En fin, excusas a parte, eran muchos los días que acabamos corriendo al cole en medio de nerviosismo extremo por parte de al menos 2 miembros de la familia, llantos y ceños fruncidos.

hacer un cambio

Y entonces tuvimos tiempo para PARAR 

Una tarde de sábado, nos tomamos un tiempo para hablar de lo que estaba pasando y después de intercambiar sentimientos y pensamientos, comenzamos ha explorar posibles soluciones.

Hicimos una lluvia de idea de cosas que se le ocurrían a él y a nosotros.

De repente, en medio de la conversación Nico dijo “ Tengo una idea. Mami, ¿recuerdas el día de fin de semana en el que me duche y tu me acercaste las lentillas a la puerta de la ducha y me las puse super rápido?”
Yo respondí (muy tímidamente): “Si, cariño”.
Nico: “Pues se me ocurre algo ¿y si me ducho cada día por la mañana?”

En ese momento, debo confesar que mi marido y yo nos miramos bastante incrédulos y por un momento nos quedamos mudos (momento de  micro infarto al corazón) .
Sin embargo, en cuanto pude reaccionar, pensé

¿Qué es lo peor que puede pasar si lo probamos al menos durante una semana?

Mire a mi hijo y le dije: “vale, me parece un idea que puede funcionar. La probamos durante esta semana y el próximo fin de semana hablamos”.

¿FUNCIONÓ?

Estas conversación fue hace ya mas de 2 meses y todavía sigue duchándose en las mañanas.

Por supuesto que mi casa no se ha transformada en la casa de  Ned Flanders (el vecino perfectirijillo de los simpsons). Siguen habiendo algunas mañanas difíciles (hoy mismo fue una de ellas) pero es evidente que todo fluye 1000 veces  mejor y que los llantos y gritos son mucho menos frecuentes.

Así que: SI FUNCIONÓ.

A pesar, de nuestra incredulidad inicial, nos permitimos confiar en la solución propuesta por mi hijo y  ha resultado ser muy útil.

La ducha le relaja y sobre todo le despierta. De esta manera, sale renovado y dispuesto vestirse y desayunar con una energía muy positiva.

Ahora incluso nuestra hija de 5 años se ha unido a la idea de ducharse en las mañanas. Así que en las tardes tenemos mucho mas tiempo para hacer otras cosas y se acabaron las discusiones de “¿hoy toca baño?”.

Cuando miro atrás y veo el camino recorrido pienso ¿Por qué tardamos tanto en sentarnos tranquilamente a buscar una solución si era algo que nos afectaba tanto? ¿Qué hubiese pasado si ese día que por fin hablamos, le hubiésemos intentando convencer de que su idea era una locura?

 

No se cuento tiempo mas va funcionar esta solución (porque esta claro que las circunstancias cambian, aparecen nuevos retos  y nosotros tenemos que ser flexibles), pero por ahora pienso disfrutar de los desayunos en familia y las risas.

Me despido dejando un resumen de los pasos que seguimos para encontrar una solución.

Espero que os sean utiles.

un abrazo

Angie Joya

@Impliquo