¿Te has visto alguna vez agobiado y sin recursos ante un niño o adolescente completamente desbordado por sus emociones? ¿Te cuesta conectar con tu hijo o alumno en estas situaciones?

Hoy te traigo un post donde exploraremos una solución simple y efectiva para ello: Los primeros auxilios emocionales.

¿Qué es eso? ¿Qué debo hacer?

Imagina que tu hijo o alumno se ha atragantado con algo de comida, ¿Qué harías primero?
(a) Le das un sermón sobre como la mejor manera de masticar para evitar que le vuelva a pasar.
(b) Le dices “ves te lo dije, por no hacerme caso”
(c) Le ignoras.
(d) Le dices “no pasa nada, no es para tanto…respira de una vez”.
(e) Le dices “si comienzas a respirar te doy un premio” o “si no paras te castigo”.
(f) Haces todo lo posible por auxiliarle para que vuelva a respirar.

¿Has escogido la respuesta F?.

En situaciones extremas, donde está en peligro la vida o se hay una herida “física”, dar primeros auxilios parece siempre la opción mas adecuada.

 ¿ Y cuándo se trata de daño emocional?  Nuestra prioridad debería ser  la misma, dar esos primeros cuidados a quien está herido.

Una persona que está invadida por sus emociones  lo único que necesita es ser escuchada y que validen lo que está sintiendo. 

Hemos de pensar que la escucha activa y la empatía son los primeros auxilios que todo ser humano necesita en situaciones donde se ha sentido herido emocionalmente.

Pero… ¿Qué nos impide poder hacer primeros auxilios emocionales?

Hay muchas creencias, con las cuales hemos ido creciendo, que nos impiden dar los primeros cuidados que tanto necesitan nuestros hijos y alumnos.  Por este motivo, hoy vamos hablar de 5 mitos que hay al respecto y haremos el ejercicio de liberarnos de estas creencias.

Mito 1: “Si nombro sus sentimientos o me quedo callado empeorare la situación y encenderé la llama, mejor explicarle  porque  no debe comportase de esa manera:

Es un hecho demostrado científicamente que, cuando estamos en situaciones de estrés, el cerebro se encuentra dominado por su parte mas primitiva (cerebro reptil): ¡Nos volvemos cocodrilos!!

¿Qué hace un cocodrilo cuando se siente amenazado? ¿Crees que ayudaría en algo darle razones y explicaciones a ese reptil con tan maravillosa dentadura?.

En situaciones donde te encuentres ante una persona con alto estrés emocional, lo mas útil es parecer lo menos amenazante posible y mantenerte alerta.

Cocodrilo en posición de ataque

Los últimos estudios de neurociencia también han demostrado que  el contacto físico cariñoso (por ejemplo un abrazo o tocar suavemente con la mano) y el lenguaje no verbal (actitud de escucha activa, imitar sutilmente sus gestos o tono de voz e incluso ponerse por debajo de la mirada del otro)  ayudan a “calmar” el reptil que todos llevamos dentro (ya que hacen que las hormonas de la felicidad se liberen).

Una vez estamos mas tranquilos, el cerebro vuelve a integrarse y recupera su capacidad para escuchar y entender razones.

Mito 2: Empatizar tomará mucho tiempo, es mucho mas rápido “hacer como si no pasara nada”:

Algunas ocasiones tienes  la sensación de que es mucho mas rápido negar los sentimientos o ignorar pero en realidad no es así.

Cuando niegas o ignoras enfureces al cocodrilo. Provocas que la otra persona se sienta desconectada e incomprendida. Todo esto,   hará que desconfíe, intente defenderse o incluso vengarse (aumentando la desintegración cerebral). Si tienes la suerte de que se calme porque le has ignorado, solo  lo hará por cansancio y los efectos que esto  tiene para la relación y la comunicación a largo plazo son muy negativos.

 Cuando intentas ponerle nombre a lo que el niño o adolescente está experimentando, logras que se sienta comprendido y le ayudas a que el proceso de integración cerebral se haga de una manera mas rápida (ademas de fortalecer la relación y hacerle sentir aceptado y amado de manera incondicional).

A los padres y maestros que tienen dudas sobre la efectividad de conectar con los sentimientos siempre les pido que lo intenten y tomen nota del tiempo  que tardan gestionando la situación (siempre les sorprende el resultado, con el paso del tiempo niño y  adulto  se vuelven mas “expertos” y el proceso de conexión y reintegración cerebral es mucho mas rápido)

Mito 3: Si no hago preguntas, no me explicará los detalles de la situación y solo hablaremos de los sentimientos:

Muchas veces cuando los niños o adolescentes sueltan frases como “he tenido un día fatal” o “Carlos es un tonto”, sientes unas ganas increíbles de saber exactamente que ha pasado y comenzamos hacer preguntas que rompen la conexión con ellos (poniéndolos a la defensiva).

Por mucha angustia que sientas DETENTENTE, empatiza y escucha atentamente lo que te explican. Al final,  son ellos quienes responden a sus propias preocupaciones y terminan contando mas detalles de manera espontánea que con preguntas inquisidoras.

A continuación comparto contigo una conversación real entre una madre y un niño de 6 años  usando la empatía.

CONVERSACIÓN REAL MADRE E HIJO

Niño de 6 años:  (sale muy enfadado del colegio) “¡Jorge es tonto!!!”(Jorge es un compañero de sus clase a quien su madre conoce y tiene mucho cariño)
Madre: “vaya cariño te has enfado con Jorge”
Niño: “¡si! Es tonto, me ha tirado al suelo y me ha usado como una pelota para hacerle daño a otros compañeros”
Madre: “¡amor! ¿Estás bien?” (la madre hace un esfuerzo enorme por no agobiar a su  hijo con mil  preguntas o decirle que seguramente Jorge lo ha hecho sin querer )
Niño: “¡No estoy bien! ¡tengo daño  aquí y aquí!! ¡Me aplastó y uso como una pelota  porque quería hacerle daño a otro niño y yo estaba en medio”. (Muy enfadado)
Madre: “¡vaya! eso tuvo que ser duro… ¿Quieres un abrazo?”
(se dan un abrazo y el niño se calma poco a poco)

Unos minutos después, El Niño retoma el tema (estaba mucho más calmado) y dice: ”¿y sabes que hizo el Profe?

Madre: Silencio pero hace una gesto que denota interes.

Niño: “Me dijo que podía escoger entre perdonarle o que lo castigara en clase…. ¿y sabes que dije yo?”
Madre: Silencio…
Niño: “¡pues que lo perdonaba! No quería que lo castigara”
Madre: “estas enfadado pero no querías que lo castigaran (repetir lo  dicen sirve para conectar sin meter la pata)
Niño: “Claro.. es que nadie se merece que lo castiguen.. además eso no solucionaría nada”.

Madre: “Si cariño, es una reflexión muy interesante las que has hecho y creo no tuvo que ser fácil tener que escoger entre perdonarle estado aun enfadado o que lo castigasen”.

Niño: (abraza a su madre y le da un beso)

Como ves, en está conversación el niño, dio detalles de lo sucedido y reflexiono sin necesidad de que la madre hiciese preguntas o le pidiese que  se pusiese en el lugar de su amigo.

Mito 4: Cuando me limito a escuchar o nombrar sentimientos desaprovecho una oportunidad genial para enseñarle como debe hacer las cosas y para que aprenda de lo sucedido:

No se trata de limitarte a empatizar. Se trata de ser conscientes de que lo primero es la conexión y luego la corrección. ¿Cuando arreglarías una gotera en el tejado en plena tormenta o cuando haya parado de llover?. Pues en las relaciones humanas es lo mismo.

Por mucho que quieras intentar razonar con alguien en medio de una torbellino de emociones, esa persona no está en capacidad de razonar. Necesita sentirse comprendida y escuchada primero.

Una vez la nube gris se haya ido, puedes intentar hacer alguna pregunta que ayude a explorar sobre las posibles soluciones en lugar de dar sermones o consejos no solicitados. (siempre deja el ¿Por que? a un lado y usa preguntas que empiecen por ¿Qué? o ¿Cómo?)

Mito 5: Será un mimado y cada vez que quiera llamar la atención usará está estrategia: 

Nada mas alejado de la realidad. Si quieres que tu hijo sea una persona madura y capaz de gestionar sus emociones, primero debe tener la habilidad de reconocer y nombrar lo que siente en cada momento. Todo esto, es un proceso de aprendizaje que requiere entrenamiento, practica y mucha paciencia.

Nunca es demasiado pronto o demasiado tarde para empezar y somos lo adultos quienes debemos servir de modelo y ayuda de dicho aprendizaje (ellos no se levantaran un día de repente sabiendo nombrar sus emociones y gestionándolas por si solos)

Por último,  si un niño necesita usar estrategias poco “útiles” (llanto, rabietas etc) para llamar la atención, quizás sea momento de replantearse rutinas.  Puedes incorporar momentos donde tu hijo o alumno se sienta reconocido por comportamientos mas útiles y donde compartáis pequeños instantes de union y conexión a solas.

CONCLUSIÓN

Cuando alguien se encuentre herido emocionalmente recuerda que la manera mas respetuosa y efectiva de gestionar la situación es conectar a través de  la escucha activa y la empatía. Solo después de conectar, podrás re dirigir la atención (sobre todo en caso de niños pequeños) y/o hacer preguntas. Estas preguntas se pueden usar con diferentes objetivos, según sea el caso:

Para…

(a)  Reconstruir los hechos traumáticos e integrar la información en el cerebro de una manera mas positiva.

(b) Reflexionar sobre lo sucedido  y explorar lo que se puede aprender de los errores o situaciones.

 (c) Encontrar una solución al problema (si es el caso) .

Espero que este post te ayude y  recuerda que si quieres ser escuchado primero debes aprender a escuchar realmente a los otros.

“No te limites a esperar a que te toque el turno de hablar, escucha de verdad, y serás diferente”

                                                                    Charles Champin

Un Abrazo

Angie Joya

@Impliquo